¿Cuál es el origen de la pasta?
La pasta es un alimento que se consume durante todo el año y en todo el mundo.
En fin, que corren ríos y ríos de tinta sobre su origen y la forma de cocinarla a lo largo de los tiempos.
De todas formas la pasta que podamos consumir en casa se aleja mucho de la receta que te harían con todo el cariño y amor en una cocina italiana, pero no por eso nos vamos a rendir, ni vamos a dejar de intentar que nos quede prácticamente perfecta.
Aunque sobre gustos no hay nada escrito dejar la pasta al dente es garantía de éxito del plato.
Recuerda que es mejor comer más veces que hacer una comida copiosa, es uno de los 5 hábitos alimentarios que te ayudarán a librarte de la ansiedad.
Los secretos de un gran plato de pasta
La cocción de la pasta
El primer gran secreto es no hacer caso al tiempo de cocción que se indica en el paquete. ¿Y eso por qué? Pues porque en función de la temperatura del agua, y si es más dura o más blanda, ese tiempo puede ser muy relativo.
Lo ideal, para obtener un plato de pasta perfecto es probar la pasta.
Rula por ahí un truco que dice que al sacar un espagueti y lanzarlo contra el azulejo de la cocina, si se pega es que está lista, pero ¡No seremos nosotros los que os incitemos a tal estropicio!
Puedes empezar a cocer la pasta de esta nueva forma probando unos Tagliatelle a la boloñesa.
La sal de la vida
El siguiente enigma es el tema de la sal ¿Sirve cualquiera? ¡Pues rotundamente, no! Para hacer un buen plato de pasta la sal tiene que ser sal gorda o gruesa.
La sal es uno de los 10 alimentos que no caducan y no pueden faltar en tu despensa.
Tema cantidad del agua para una buena cocción de la pasta
Ahí tenemos otra regla de oro que hay que aprender de una vez y para siempre, por cada 100 g de pasta, pondremos 1 litro de agua y 10 g de sal ¡Gruesa! Así que si vas a preparar 200 g, 2 litros de agua, y 20 g de sal gruesa. Por cierto ¡No pongas la sal hasta que el agua esté hirviendo!
¿Sirve cualquier olla para cocer espaguetis?
Seguimos contando más secretos, el tema de la olla. ¿Vale cualquier olla o recipiente?
Aquí somos un poco más permisivos porque entendemos que según si usáis cocina de gas, inducción o vitrocerámica el recipiente va a variar, pero lo que es imperativo es que sea lo suficientemente alta como para que la pasta flote y se cueza sin apelmazarse.
La olla que elijas ¡NO se tapa! En ningún caso.
¿Hay que remover los macarrones, mucho, poco o nada?
Ahora el tema de remover la pasta, ¿hay que hacerlo? ¿Cuántas veces? Si se hace, y todas las veces que haga falta. Con frecuencia es la palabra oportuna.
Aceite en el agua de cocer la pasta ¿Es correcto?
Y otro tema un poco controvertido ¿Se le pone aceite al agua?
En teoría no le haría falta, pero algunas pastas como la fresca tienen una tendencia horrible a pegarse que nos complicaría mucho la vida.
Así que, un chorrito pequeño de aceite de oliva, se puede poner para asegurarnos que no se pegará (aunque la pasta sea de marca blanca).
Casi llegando al final, el momento de escurrir la pasta
Rematando ya el plato, escurriremos la pasta.
Los puristas del punto de cocción os van a decir que suelen poner un vaso de agua fría antes de escurrir la pasta para cortar en seco el punto de ebullición. Pero, eso es hilar muy fino.
El súper truco del almendruco es: Reservar un poco del caldo de cocción para después ligar la salsa. ¡Hazlo SIEMPRE!
¿Quieres un consejo para que la pasta no se enfríe en el plato?
Pasa el plato por agua caliente y lo secas bien. Así aún dará la sensación de pasta más calentita. Pero, ojo, esto nunca con la pasta fresca que la liamos.
La salsa se pone poquita y se deja el resto en una salsera para que se pongan los demás, y el queso si se ralla en el instante justo en que se va a consumir, mucho mejor.
Ahora que ya tienes la pasta bien cocida, solo falta buscar los mejores ingredientes para acompañarla. Si es producto fresco infinito mejor.
¿Y con qué acompañamos un plato de pasta perfecto?
Y para terminar, el gran secreto de los secretos para hacer un plato de pasta perfecto: Un buen plato de pasta comienza con su salsa.
Si lo haces al revés corres el riesgo de que la pasta se enfríe o se pase el tiempo de cocción.
Prepara la salsa elegida, o el acompañamiento, y cuando lo tengas hecho o casi, entonces puedes cocer la pasta.
Recuerda que sacaremos un vasito del agua de cocción que estará muy caliente, y que con ella podremos terminar de ligar la salsa.